En la industria alimentaria, lograr un producto inocuo y de calidad no es solo una meta técnica: es el compromiso que asegura que cada alimento llegue a las familias con la seguridad y excelencia que merecen. Su aplicación rigurosa impacta directamente en la confianza de los consumidores, en la reputación de las empresas y en el cumplimiento de estándares internacionales indispensables para crecer y competir.
Pero más allá de los procesos y protocolos, existe algo aún más importante: el enfoque humano.
En Mauri entendemos que detrás de cada control y cada norma hay un motivo profundo: el cuidado de todas las familias que disfrutan nuestros productos. Por eso trabajamos cada día con responsabilidad, compromiso y una cultura interna que pone la calidad en el centro.
Para garantizar esa excelencia constante, en Mauri aplicamos normas fundamentales como:
✔ BPM (Buenas Prácticas de Manufactura): previenen riesgos físicos, químicos y biológicos para asegurar un entorno limpio y proteger la salud y confianza del consumidor.
✔ HACCP (Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control): un sistema preventivo —nacido en la NASA y hoy estándar global— diseñado para identificar y controlar riesgos alimentarios antes de que ocurran.
Además, llevamos adelante controles estrictos en cada punto clave:
🔹 Materias primas: cada ingrediente se evalúa antes de ingresar a planta para garantizar su calidad y aptitud.
🔹 Higiene personal y manipulación: nuestro equipo cuenta con pautas y capacitaciones constantes para asegurar buenas prácticas en cada etapa.
🔹 Trazabilidad: cada lote puede identificarse y seguirse desde su origen hasta el producto final, asegurando transparencia total.
En Mauri creemos que la calidad es una forma de trabajar y un compromiso diario con quienes nos eligen. Por eso nos mueve un mismo propósito: hacer productos ricos, seguros y confiables, siempre.
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